martes, diciembre 14, 2004

Muevan las industrias (II)

Las culpamos de ensuciar el medio ambiente como si las industrias fueran malvadas per se, y no nuestras preferencias de consumo las que rigen su producción. ¿Que nos horrorizan los hidrocarburos contaminando la atmósfera? Está bien, pero ¿qué tanto estamos dispuestos nosotros a cambiar para aliviar el problema? No me refiero solamente a utilizar menos el automóvil o a convertirlo a gas natural. ¿Han visto cuánto plástico hay por todos lados? ¿Podemos concebir un mundo moderno sin la conveniencia del plástico como material estructural, como aislante, como pegante, como fibra textil, como coadyuvante en todo tipo de procesos y hasta como ingrediente comestible? Y si prescindimos de él, ¿de qué vamos a fabricar las cosas? Todas las millones de cosas que los más de seis millardos que somos consumimos cada día, ¿de qué las vamos a hacer?

¿De madera? ¿De hierro? ¿De bronce? ¿Volver a bolsas de papel para las millones de transacciones diarias en las tiendas y los supermercados? ¿Será que con eso vamos a destruir menos el ecosistema?

Sin transformación de hidrocarburos no hay plásticos; es decir, no hay computadores, ni cables, ni prótesis, ni bolsas, ni juguetes baratos para niños, ni materiales para conservar alimentos y probablemente ni siquiera cómida suficiente para todos*.

[Esta la segunda parte. La primera está aquí. Continuará...
*En un texto futuro explicaré el papel del petroleo en nuestra cadena alimenticia.]