sábado, febrero 26, 2005

The five percent nation of porn spam

[A remark inspired by The Art of Porn Spam on this blog]

Just got a message from one Paltriness G. Truckling. Subject line: Has your cum ever dribbled and you wish it had shot out?

Portacuchillos vudú

Contagiado con la manía de admirar artefactos curiosos cuya utilidad es directamente proporcional a mi propensión a comprarlos. Aquí este utilísimo aparato que permite almacenar cuchillos y torturar al mal amado en una sola operación:


Portacuchillos vudu

¿Será que por una vez logré adelantármele nada más y nada menos que a Margarita, la "gadgetolady" de La Coctelera? Todo un honor...
 

Y el Oscar es para...

A petición del Wall Street Journal, el economista Andrew Bernard ha desarrollado un modelo estadístico que calcula la probabilidad de que una cinta nominada gane el Oscar a mejor película. No es la primera vez que Bernard, quien enseña Economía Internacional en la Escuela de Negocios Tuck de Dartmouth, utiliza estos modelos para predecir el futuro. En los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, un modelo de Bernard logró un pronóstico casi perfecto del palmarés de medallas de 23 entre 34 países.

Bernard seleccionó variables que pudieran mostrar alguna correlación con la obtención del Oscar. Algunas de estas eran de sentido común, como el número de nominaciones y el número de premios ganados en otros concursos. Otras tenían que ver con el contenido o las características de la cinta: ¿Está basada en una novela u obra teatral? ¿Es una trama de guerra? ¿Un amor imposible? ¿Un drama lacrimoso? ¿Una comedia? ¿Una historia real? Y las más abstrusas se preguntaban si el personaje principal era un genio o un discapacitado; si los personajes eran "felices pero pobres"; si el protagonista venía de un país del Commonwealth; y si en algún momento el héroe monta a caballo.

La mayoría de las variables no exhibieron ningún poder de predicción. Casi la misma cantidad de películas originales que de películas basadas en novelas y obras de teatro han ganado Óscares. Lo mismo sucede con cintas que narran una historia real; no parece influir en las probabilidades de ganar que la historia o los personajes de la cinta hayan existido. Otras variables irrelevantes al Oscar incluyen si la película tiene una trama deportiva; si la trama es de guerra; si el protagonista es un discapacitado; si es un pobre feliz; y si la cinta contiene escenas fuera de Norteamérica y Europa.

Por otra parte, las cintas cuyo protagonista es de un país del Commonwealth (los Estados Libres Asociados que pertenecieron al Imperio Británico, como Inglaterra, Trinidad e India) tienen el doble de probabilidad de ganar que las que no; como ejemplo, El paciente inglés (The English Patient, 1996). Si Escocia no hubiera pasado a ser parte del Reino Unido cinco siglos después de la rebelión de William Wallace, es posible que Mel Gibson no hubiera recibido el Oscar por su cinta sobre ese héroe medieval, Corazón valiente (Braveheart, 1995). Pero tal vez tampoco lo hubiera recibido de no haber sido Wallace jinete: 30% de las ganadoras en el universo de Bernard, que comprende los dos decenios entre 1984 y 2003, tenían un héroe que en algún momento de la trama se monta en un caballo. Y 20% de las ganadoras tenían como protagonista a un "genio" como el Profesor John Nash de Una mente brillante (A Beautiful Mind, 2001).

Los factores con mayor incidencia en las probabilidades de victoria no incluyeron ninguno de los anteriores. Fueron otros tres. La adición de cualquier otro factor una vez tenidos en cuenta esos tres no mejoró la capacidad de predicción del modelo. Los primeros dos no sorprenden: el número total de nominaciones al Oscar y el número de Globos de Oro ganados. El tercer factor, en cambio, es más revelador y su contundencia es lapidaria: el hecho de que una cinta sea una comedia tiene una correlación negativa perfecta con la probabilidad de ser escogida como ganadora. Dicho de otra manera, ninguna cinta clasificada como comedia ha ganado el Oscar a mejor película en los últimos veinte años. Según los resultados de Bernard—lo que equivale a decir: según las preferencias de la Academia sugeridas por la historia reciente del certamen—la probabilidad de que mañana triunfe Entre copas (Sideways, 2004) es cero-coma-cero por ciento.

Los tres factores son usados en una función cuyo resultado es el Índice de merecimiento del Oscar, un número del cero al cien que califica la cinta dentro del universo estudiado. Luego, los índices de las películas nominadas cada año son comparados entre si para calcular la probabilidad de victoria de cada una ese año. De haber sido aplicado a las últimas 20 entregas de Oscares, el modelo de Bernard habría adivinado correctamente 18 ganadoras—pero, por supuesto, el modelo no existiría sin la información recopilada de esas últimas 20 entregas. De acuerdo con el índice la película más meritoria del Oscar en los últimos veinte años es Titanic (1997), con 99,7. De todas las ganadoras, la peor calificada—y uno de los dos desaciertos del modelo—es El silencio de los inocentes (The Silence of the Lambs, 1991), con 3,0.

¿Cuál film ganará este año? Con una probabilidad de 85%, que la aleja bastante de las demás nominadas, será El Aviador (The Aviator, 2004), la cinta de Martin Scorcese sobre el pionero de la aviación, magnate de Hollywood, excéntrico billonario y playboy internacional Howard Hughes. Golpes del destino (Million Dollar Baby, 2004), de Clint Eastwood, quedó en segundo lugar con solo 13% de probabilidad de victoria.

Iraq as an enemy is apparently useful

From philg's article on Israel. I could just link to the site, but then I wouldn't be able to (a) point to the exact passage, and (b) quote Phil out of context.

...consider George W. Bush and his constant talk of a "war against Iraq". Militarily the term "war" does not make much sense. Using 5 percent of the American nuclear arsenal, Iraq could be wiped off the planet in 5 minutes. Limited to conventional bombs, the U.S. Air Force could reduce every Iraqi city to rubble within a few months, at little greater expense or risk to American lives than is currently entailed in the Air Force's training missions over Nevada. It doesn't make linguistic sense to talk about a "war" if there is no possibility of losing but it does make political sense. If a president is in the middle of a war it is difficult to mount political opposition to that president without appearing disloyal and unpatriotic. Focusing media attention on a war prevents reporters from asking questions such as "How come William T. Esrey and Ronald LeMay, the two top executives at Sprint, deserved to get paid $311 million for their services to shareholders when the company's business and stock are in tatters? And then why is it fair that Joe Sixpack has to pay income tax but Esrey and LeMay didn't have to pay tax on their $311 million income? Would it have been fairer to divide the $311 million--equal to half of Sprint's 2002 profit--among the 13,000 workers that these guys laid off--$24,000 per worker--or possibly to the shareholders(!)?" [These gentlemen did pay a few million dollars to the accounting firm of Ernst and Young to participate in a tax shelter that the Internal Revenue Service is currently investigating and considering disallowing, in which case presumably Esrey and LeMay will join the folks in the February 7, 2003 New York Times story "Wealthy Suing Accountants Over Rejected Tax Shelters"] After the U.S. military crushes Iraq, a country that in 1990 had the same gross domestic product as West Virginia, George W. Bush will get a big boost in popularity for winning the war. Having Iraq as an enemy is apparently somewhat useful to the American people and very useful to America's leaders.

 

viernes, febrero 25, 2005

Camiseta

Visto en Artilugios:

Paris made me change my number

miércoles, febrero 23, 2005

A name must be an entity

"The tendency has always been strong to believe that whatever received a name must be an entity or being, having an independent existence of its own. And if no real entity answering to the name could be found, men did not for that reason suppose that none existed, but imagined that it was something peculiarly abstruse and mysterious."
  —John Stuart Mill

martes, febrero 22, 2005

Seis grados de separación

Corchetes y énfasis añadidos.

Caracol Radio, Bogotá, 21 de febrero de 2005.

"El Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, planteó [1] la necesidad de abrir un gran debate nacional [2] para concertar [3] eventualmente [4] lo que podría ser [5] el contenido de una reforma tributaria, que incluya el posible [6] desmonte de los tributos al patrimonio y el bancario del cuatro por mil. Afirmó que el actual régimen aleja cada vez más al país de ser competitivo y desestimula la inversión y la iniciativa privada."

sábado, febrero 19, 2005

Internacionalización

1. Cecilia Cubas, hija del ex-presidente de Paraguay Raúl Cubas, es encontrada asesinada en Asunción después de cuatro meses de cautiverio.

2. Las autoridades paraguayas reportan tener pruebas de que las FARC asesoraron y apoyaron a los raptores.

3. Gracias a las investigaciones de la policía colombiana y brasilera y de la colaboración de la multinacional Microsoft se descubre que el enlace entre los secuestradores y la guerrilla colombiana fue Rodrigo Granda, el llamado "canciller" de las FARC.

4. Granda había sido capturado en Caracas en diciembre por policías venezolanos actuando sin autorización, lo que desató un incidente diplomático con Colombia en el cual terció Estados Unidos y cuya resolución se logró gracias a la intervención de Fidel Castro.

¿Será que esto es lo que quieren decir los analistas cuando advierten de la "internacionalización del conflicto"?

viernes, febrero 18, 2005

La muerte de la EDT

Informa El Heraldo que a raíz de la decisión de la Superintendencia de Servicios Públicos de subastar los bienes de la Empresa Distrital de Teléfonos de Barranquilla —actualmente en proceso de liquidación— varios concejales de la ciudad "coincidieron" (¿Como así que "varios"? ¿Cuántos? ¿Cuáles?) en que a la EDT no deben rematarla "como trasto viejo." Vale la pena leer la cita completa, que contiene reveladores matices:
Los activos de la Telefónica de Barranquilla no son de la Nación, sino de la comunidad barranquillera, por lo tanto no es justo que quieran rematarlos a precio de trasto viejo, a espaldas de la Alcaldía, del Concejo, de la Personería, de la Contraloría y de la ciudadanía en general.

Dejemos a un lado la cuestión de si, en un país no federativo, los activos de una entidad pública pertenecen al Estado o a la comunidad a la que esta sirve. Pasemos por alto ese "por lo tanto" capcioso que pretende que el precio de los activos tenga algo que ver con la identidad de sus dueños. Olvidemos por ahora el detallito de que si la EDT está como está es porque durante años se la repartieron, a bastonazos de piñata y a espaldas de la "ciudadanía en general", alcaldes y concejales bajo la guardia complice de personeros y contralores. Y dejemos de lado el hecho tangencial, pero que no obstante quiero mencionar aquí, de que en este país nadie sabe que es ni para que sirve ni con que se come eso de la "Personería".

Yo no sé en que consista ni en que estado se encuentre el paquete de activos que será rematado. Las declaraciones del sindicato de trabajadores de la EDT, Sintratel, que se opone la la liquidación de la entidad, no son alentadoras:
[La subasta] es un ardid del Gobierno Nacional para violar el Artículo 60 de la Constitución Política Colombiana, que dice que cuando el estado ponen (sic) en venta sus activos debe propiciar que ciertos grupos como son los trabajadores y pensionados entre en una primera subastas (sic) en condiciones privilegiadas. No vemos cómo una empresa con unos pasivos pensionales del orden de los 230 mil millones de pesos, con deudas con proveedores financieros del orden de 200 mil millones de pesos, con 300 demandas de trabajadores anteriores a la liquidación y más de 400 que viene (sic) de quienes fueron despedidos desde mayo pasado y con el 30 por ciento de sus redes en estado de obsolescencia, sea atractiva para ningún inversionista.

O sea que el sindicato admite que la empresa está quebrada y que sus redes son obsoletas (no admite, por supuesto, su parcial responsabilidad en la quiebra de la una y la obsolescencia de las otras) y se opone a la venta de los activos. Desafortunadamente ni el sindicato ni el Concejo han propuesto algo para salvar a la EDT. ¿Por qué será, entonces, que todos quieren seguir amarrados del lastre de una empresa que no tiene salvación?

La realidad es que no quieren, pero no pueden resignarse a que se les secó otra teta y, como a un bebé cuando se la quitan, están llorando y pataleando. No han entendido los señores concejales y los señores sindicados de la nación que se puede robar y despilfarrar, pero no para siempre. Tarde o temprano se seca la teta.

Los usuarios hace rato que abandonaron a la EDT a su bien merecida suerte de paquidermo agonizante. Abandonaron, digo, porque ni siquiera pudieron vender sus líneas telefónicas a precio de trasto, ni a precio justo, ni mucho menos al precio del mercado. Sé de una empresa que intentó vender hace unos meses ocho líneas de la EDT para comprar líneas de Metrotel. La mayoría tocó regalarlas entre los empleados porque nadie más las quería. Las que se regalaron nunca pudieron ser usadas porque el teléfono al que había que llamar para transferirlas no lo contestaban. Luego la empresa intentó cancerlarlas, pero el teléfono de esa dependencia estaba desconectado. Por esos días comenzaba el proceso de liquidación y la EDT no tenía oficinas de atención al público, así que todo había que hacerlo por teléfono: o sea que no se podía hacer nada. Fue entonces que, ¡ay de ellos!, la empresa optó por no pagar más el cargo mensual básico de las líneas, esperando que se las desconectaran por mora. De inmediato despertó el paquidermo y los reportó ante una central de crédito. La cosa sigue en litigio.

Mucha gente ya no se acuerda de lo que eran las comunicaciones en esta ciudad antes de la llegada de Metrotel. Yo no trabajo en Metrotel, ni ningún familiar mío lo hace, ni tengo ningún interés personal en esa empresa. Pero me estremece pensar lo que sería de Barranquilla en 2005 si a la EDT no le hubiera aparecido competencia privada. En pleno siglo XXI, con el planeta embalado, con los negocios a la velocidad del capricho, con el libre comercio con Estados Unidos respirándonos en el cuello, Barranquilla estaría... esperando tono.

¿Se acuerdan? Cuéntenle a los niños que no habían nacido en esa época y no le van a creer: antes, mijito, cuando uno quería hacer una llamada, había que descolgar el aparato y... esperar. Esperar el tono para poder marcar. Cinco, siete, a veces quince minutos. Había días malos y días peores. Había trucos, secuencias secretas de números, leyendas urbanas para lograr que el tono viniera más rápido. Había quien se agarraba a gritos contra el auricular mudo. Habia barrios malos y barrios peores. Decían que en el barrio Riomar el tono llegaba rápido, mientras en mi casa en Alto Prado a veces dejábamos el teléfono descolgado dos horas, esperando. Cada tanto alguien se lo acercaba al oído a ver si ya había dado tono.

Todo esto cambió con la llegada de Metrotel a la ciudad. Era casi milagroso: uno levantaba el teléfono y el tono ¡ya estaba ahí! Así eran la expresiones que se usaban al comienzo, ante la extrañeza del fenómeno: esas líneas... ¡ya tenían tono! ¡Venían con tono! A veces decíamos "ya tenían el tono", "ya venían con el tono", como si el tono fuera uno solo, un recurso escaso que teníamos que racionar para que nos alcanzara a todos.

¡Y las nuevas líneas eran más baratas! ¡Y las instalaban en menos de una semana! En esos días EDT no tenía líneas nuevas: si uno quería una había que comprar una ya existente y esperar a veces hasta dos años a que la trasladaran. Las líneas de Metrotel y sus propietarios eran la envidia de la ciudad. Los números que comenzaban con 37 ó 36 tenían caché, un cierto prestigio, un aura primermundista que ha durado hasta hoy.

EDT tuvo que actualizar sus redes para poder sobrevivir, pero eso nunca hubiera pasado sin la presión de la competencia. Para cuando reaccionó era demasiado tarde y ya muchas personas, empresas y entidades habían cambiado de proveedor. La crisis actual es resultado de la desidia de muchos años y muchos dirigentes; y ni el sentimentalismo regionalista ni los llamados a la Constitución reviven a este muerto.

jueves, febrero 17, 2005

Cadillo's Theorem

Industrial-philosophical advice for whoever might one day have to go from Computer Science to Industrial Engineering:
Industrial processes are not modular.

The modularity paradigm sounds good and – sometimes – works well in Computer Science, but it is a mistake to try to apply it to industrial processes.

Modularity is elegant: as long as interfaces that connect a component in a system to the others are clearly defined, the component can be replaced by another that performs the same function, that receives the same type and quantity of inputs and produces the same type and quantity of outputs as the original component. The inner workings of the component don't matter to the rest of the system, which allows for important optimizations, cost reductions, etc. inside the component.

Industrial processes are not as elegant. Replace a machine, a factory, or a subprocess X for a new one, X', which does the "same thing", only "better" and you will find that the change has important repercusions both forward and backward throughout the entire process. Here are some examples:

  • X' needs its input to be at a certain temperature; X didn't have such a requirement. The phase previous to X must be modified so that X' works properly.
  • X' eliminates one operator, but that very same operator was used to carry out some task Y at a later phase in the process. Hence, the operator cannot be removed, and the change from X to X' does not increase productivity.
  • A change in a functional ingredient of a product makes another, non-functional, ingredient behave differently. This happens commonly in food manufacturing or industrial kitchens: a change in a non-flavor component can produce a flavor change (because the non-flavor ingredient had a synergistic effect on a flavor ingredient, or simply because the non-flavor ingredient, despite being categorized as such, does have flavor component).

Anyone who has replaced a machine for a "better" one at a factory, or who has had to outsource some function will understand.

Teorema de Cadillo

Reflexión y consejo filosófico-industrial para quien deba algún día pasar del ejercicio de la informática al de la ingeniería industrial:
Los procesos industriales no son modulares.

El paradigma de la modularidad que tan bien suena y tan bien —y, a veces, tan mal— funciona en informática no aplica a los procesos industriales.

La modularidad es elegante: siempre y cuando las interfaces que conectan un componente de un sistema con los demás estén definidas con claridad, se puede reemplazar el componente por otro que cumpla la misma función, que reciba los mismos inputs y bote por el otro lado los mismos outputs. No importa como funcione el componente en su interior (lo que permite que, al interior del componente, haya optimizaciones, reducciones de costo, etc.).

En los procesos industriales no sucede igual. Reemplaze una máquina, una fábrica, o un subproceso X por otro, X', que haga "lo mismo" pero "mejor" y encontrará que el cambio tiene repercusiones hacia adelante y hacia atrás en todo el proceso. Algunos ejemplos:

  • X' requiere que su input esté a tal temperatura y X no lo exigía así. Hay que modificar la fase anterior a X para que X' funcione bien.
  • X' sirve para eliminar un operario, pero es precisamente ese operario quien en una fase posterior del proceso elabora una tarea Y, así que el operario no puede ser eliminado y el cambio de X a X' no produce ningún incremento en productividad.
  • El cambio de un ingrediente no funcional de un producto hace que un ingrediente funcional se comporte distinto. Un caso común ocurre en procesos de manufactura de alimentos o en una cocina industrial: un cambio de ingrediente no saborizante puede ocasionar, no obstante, un cambio de sabor (porque el ingrediente tiene un efecto coadyuvante con un ingrediente de sabor, o sencillamente porque el ingrediente modificaba en algo el sabor a pesar de no ser considerado un saborizante).

Cualquiera que haya reemplazado una máquina por otra "mejor" en una planta o que tenido que tercerizar alguna función en una empresa entenderá.

miércoles, febrero 16, 2005

El freno egipcio

En las calles del Cairo en medio del polvo refractario se entrecruzan a distintas velocidades las trayectorias de peatones, carretas, buses, carros, camiones y dromedarios. Es el peor tráfico que he conocido. El derecho a la vía se gana por la velocidad de aproximación y los decibelios del claxon. La muerte o al menos la invalidez es mil veces tentada y mil veces evitada en cada cruce a cada hora. Los semáforos compiten con los policias de tránsito en irrelevancia, y todo sucumbe bajo la bulla, el calor y el olor a combustible quemado.

El tráfico de nuestra ciudad es cada vez más así: caótico, insostenible, indescifrable. Un tráfico egipcio. Hace ya años, por ejemplo, que nos acostumbramos a que las calles cambien de sentido de una cuadra a otra sin preaviso ni señal, como lo ha tenido que aprender de la peor manera más de un visitante inadvertido. Usted va tranquilo en su carril derecho cuando de repente se encuentra ante un muro móvil de dos o tres busetas pintorreteadas a la fauvista y que vienen ¡en dirección contraria! ¡Hacia usted! Tranquilo, Sr. Turista; no se alarme, no se espante. Pero sobre todo no avance. La vía y la razón, aunque no lo crea, la tienen ellos. No trate tampoco de recordar los sinsentidos de las vías barranquilleras para una próxima visita. Cualquier día las cambian sin avisarle a nadie. La carrera que pasa en frente a mi casa una vez la cambiaron de sentido dos veces en una misma semana solo en el trayecto comprendido entre las dos esquinas de mi cuadra. Al final la dejaron como antes y nunca supe el porqué del experimento.

Yo hace rato que decidí conducir lo menos posible en esta ciudad, así que el desorden circulatorio ya no me irrita tanto. Lo que sí no soporto, lo que no entiendo como alguien puede soportar, es el ruido. En El Cairo me decían bromeando que lo que pasaba es que los carros egipcios en lugar de botón en el timón para sonar el pito lo que tienen es un interruptor. Cuando los conductores se acercan a un cruce lo encienden y no lo apagan hasta que tengan en el retrovisor la intersección. El humorista gringo P. J. O'Rourke llamaba al pito the Egyptian brake pedal, el freno egipcio.

El pito para el conductor barranquillero es sustituto del freno, de la prudencia, y tal vez también del pene. Por algo serán sinónimos. Yo sueño con que algún alcalde o director de Tránsito Departamental o guía religioso o quien sea instaure una gran campaña ambiental cuyo eslógan, reproducido en grandes vallas por toda la ciudad, sea:
¡No pite, hijueputa!

Sueño con un sistema electrónico obligatorio en cada vehículo que cuente y limite el número de pitadas a, digamos, diez mensuales; cada uso adicional sería reportado inalámbricamente al Tránsito para que sea cobrado a la tarifa de un salario mínimo diario legal vigente. Sueño con un condicionamiento consistente en una pequeña descarga eléctrica impartida al conductor a cada accionamiento del pito, un ligero dolor que nos enseñe a pitar solo cuando sea para salvar la vida de un peatón desprevenido. Sueño con deternerme tranquilo en un semáforo y esperar el verde sin que me piten los de atrás para que me lo vuele en rojo. Sueño, pero ya perfora el sueño el efecto Doppler del carro que se acerca aullando en la calle vacía, sin otro escucha que yo y sin más razón que el hábito.

sábado, febrero 12, 2005

Thirty pieces of silver

From Frozen Desire, by James Buchan:

The Gospels glitter with money, and it is possible, without great effort, to identify which coins Jesus had in mind on each occasion he spoke about money. Those coins, whether Roman, Greek, Phoenician, or Jewish, survive in one or two exemplars, for it's hard to destroy the precious metals. Some were accidentally lost or buried in hoards in times of trouble; others overstamped or welded into jewelry gifts for girls and women; or converted into other coins or cups or plate; so that the thirty Tyrian tetradrachms which were the price of Jesus' life have certainly come down the generations to us, if not in form at least in essence; and somewhere, in some museum or collector's cabinet or dealer's stock, dispersed in a necklace or cufflinks, still blaze with their ancient deicide.




Tyrian tetradrachm
Tyrian tetradrachm